Pallade che doma il centauro

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A primera vista puede parecer uno de los seres mitológicos que pintó El Bosco en el Jardín de las Delicias pero lo pintó Nadie Sabe Quién en una pared vacía que anunciaba la llegada de un nuevo lavadero al barrio. El caballo es una bestia noble, pero algo anda mal en este paraíso. Este ser lujurioso, mitad caballo mitad hombre está a punto de desafiar las convenciones cortesanas de los jardines. A su lado, un fragmento del fruto posmoderno del pecado, la banana.
Un caballo que piensa como Bart Simpson es más caballo, es el colmo del desenfreno.
Quizás, y solo para avivar nuestra fantasía, nos hace falta un Botticelli que imagine una Palas Atenea tomándolo por los cabellos.