El Exorcista es un coming of age

Ayer estábamos viendo El exorcista con una amiga y nos dimos cuenta de algo re trascendental: La película si te fijás con atención en realidad es  un Coming of age de una niña pasando por la pubertad simbolizada en esa posesión demoníaca y sencillamente haciendo fracasar a todas las figuras que tratan de cumplir un rol paterno. Y es en específico a las masculinas, porque la madre es la única que resiste firme hasta al final viendo cómo toda la batería de coprotagonistas masculinos que son personajes voceros de grandes instituciones [médicos, curas, psiquiatras, detectives, directores de cine] fracasan terriblemente al intentar ejercer una autoridad. El primer asesinato que comete Regan es a un director de cine sobre el que al principio de la película se sugiere que podría ser pareja de la madre y suplantar a su propio padre biológico ausente sobre el que se hace hincapié y se pregunta varias veces en el transcurso de la película [no llama por su cumpleaños, no aparece cuando ella ‘enferma’, etc]. La posesión demoníaca es de alguna forma una somatización de una ausencia paterna que atraviesa en realidad también a otros personajes como al propio padre Karras, un psiquiatra que a la vez es cura y sufre por la pérdida de su fe y vive atormentado por haber abandonado a su madre al morir y haber fracasado en cumplir para ella un rol paternal que le quedaba grande justamente por ser su hijo. Entonces el padre Karras ingresa con el padre Merrin, un cura más viejo [su figura paterna personal] a practicar el exorcismo y Regan hace fracasar al segundo, un hombre más recto aún que Karras en su fe y lo mata acentuando así la propia ausencia paterna del padre Karras haciéndolo sucumbir luego a él que se termina lanzando por la ventana. Sin contar la escena en que los dos padres, Karras y Merrin, en la escalera, abatidos por el cansancio, se preguntan por qué Dios, ese otro padre ausente, los ha abandonado a ellos y a esa pobre niña.